jueves, 27 de abril de 2017

De barrera a barrera


 Dani Gómez, la caza con playmobils.
Conocemos a Dani Gómez, un joven cazador aficionado a los playmobils, experto en el montaje de dioramas cinegéticos.



TC. Hola Dani, ¿de dónde te viene la afición por la caza?



DG. Hola, mi afición viene de herencia. En mi casa siempre la caza ha estado presente ya que mi padre es cazador, al igual que mi abuelo. Él me inculcó esta loca pasión, llevándome a las monterías, esperas, tiradas y demás modalidades cinegéticas. Una vez que la semillita se siembra, no hay quien detenga el bosque. Mi padre ha sido y es mi maestro, una fuente inspiradora en la que apoyarme constantemente. No concibo la caza sin él, hoy en día seguimos yendo juntos.




TC. ¿Qué modalidad cinegética practicas?


DG. Practico menos de lo que me gustaría, como a todos, pero básicamente se reduce a la montería, es mi modalidad preferida por todo lo que la rodea. Los perros, el monte, la tranquilidad del puesto y porque para mí no hay nada comparable a un lance de montería, en especial aquellos en los que sientes una ladra desde donde Cristo perdió la chancleta, y poco a poco el ruido de las jaras va quebrantándose por el paso de la res acercándose inexorablemente hacia uno, ese momento en el que el palpitar del corazón parece delatar que el mismo se te va a salir por la boca. No hay nada como eso.


TC. ¿Nos podrías relatar brevemente ese lance o vivencia cinegética que más te haya marcado?

DG. Creo que pocos se me olvidan, pese a la pésima memoria que tengo. En temas de caza no se me suele escapar ni el clima que hacía en cada cacería, y si se me olvida tengo unas hojitas Excells donde recojo todas estas cosas, incluido los mapas sacados de Google. También quedan las fotografías o los vídeos con los que siempre documento cada jornada montera.
En cualquier caso no se me olvida la primera guarra que maté, y es que pese a que antes había abatido varios venados, con el jabalí me había inflado a fallos y me hizo especial ilusión, sobre todo por la forma en la que viví el lance.
La montería ya se acababa, y habíamos tenido un puesto horroroso, donde ninguna res en su sano juicio ha roto ni romperá jamás en él, mucho más cuando nos tiramos todo el día ventilando. La gente de por debajo, harta de la lluvia plomiza, ya se había retirado y nosotros ya estábamos con el rifle enfundado esperando al postor. Cuando de repente se oye una ladra desde el extremo opuesto del monte, una más pues en aquella otra parte de la mancha si habían tenido una mañana gloriosa. Poco a poco nos dimos cuenta que la ladra ni se corta ni se aleja, sino que cada vez suena más fuerte. Mi padre viejo lobo, me dijo, "esa viene aquí, los de los puestos de más abajo al quitarse han dejado de ventilar y va a salir allí". A toda prisa, nos bajamos a uno de los puestos que habían quedado desocupados, una carrera inolvidable, pues había que colocarse antes de que la ladra llegará, que a una velocidad extrema cruzaba la mancha. Sólo me dio tiempo, a soltar la mochila, y meter dos balas, cuando la guarra se presentó. La veía dentro del monte, la vi perfectamente tomar el aire, y dejándola cumplir, ésta salió al cortadero. La pegué el primer tiro, y ni se inmutó, siguiendo su carrera, disparando un segundo, que se me quedó atrás, perdiéndose ésta en el monte. Ya me estaba lamentando, cuando desde por encima, los del puesto de al lado que también se habían descolgado para ver el lance, me avisaban que la guarra se había quedado muerta unos 20 metros dentro del monte. El primer tiro que pensaba que se me había quedado bajo, en realidad había sido un tiro bueno, dándola de lleno. Fue una alegría inmensa y mi lance más recordado.


TC. Haciendo un giro de 360º, llama la atención tu afición a los playmobil. Explícanos este curioso interés.

DM. De pequeño me gustaban y jugaba con ellos, incluso tenía y aún conservo una bonita referencia de un cazador, la 3741, que en alguna ocasión hasta me la ha llevado al puesto, y es que he ido de caza desde muy pequeño.
En fin, como todos cuando uno crece los playmobil los deja de lado, los amigos, las chicas y la fiesta desplazan lógicamente a éstos. Pero hace un tiempo paseando por un centro comercial, nos encontramos con una exposición de playmobil, había puestos donde comprar playmobil. Salí de allí maravillado y recuerdo haberme comprado un corzo, dos ciervas y una cría. Nada más llegar a casa me puse a investigar por internet y vi la sana afición que había por estos juguetes y lo mucho que habían evolucionado desde mi infancia y las muchas cosas que se podían hacer con ellos… Y así se desató sin freno algo que creía olvidado. Desde entonces he acudido a mercadillos y jugueterías buscando referencias y muñecos hasta acumular una colección que hoy en día me da miedo hasta contar.
Los playmobil me gusta coleccionarlos, pero lo que más me gusta es enredar con ellos, combinar piezas de unos y otros hasta conseguir juguetes totalmente nuevos, con la finalidad de plasmar mi afición por contar cosas. Pronto me lance a realizar por un lado una historia medieval y por otro lado una especie de álbum de caza. Esto último que al principio lo enfoqué como un entretenimiento más (como pudiera ser lo que hago de temática medieval) evolucionó en parte a algo diferente. Como cazador que soy no dejo de observar con pena como el colectivo es tratado, donde somos vilipendiados muchas veces sin ni quiera saber qué hacemos y extendiendo muchas falacias sobre lo nuestro. Se me encendió entonces la bombilla y decidí por medio de los famosos clicks intentar combinar ambas cosas, con el fin de acercar a todo aquel que quisiese lo que es nuestra afición, de una forma simple, cuidando los detalles y mostrando todo con el respeto que la caza merece.


TC. ¿Has participado en algún concurso o exposición? Cuéntanos.

DG. Este proyecto aún recién está empezando y cuenta sólo con unas pocas líneas de lo que tengo en mente, pero poco a poco espero poder ir desarrollándolo, entre tanto sigo acumulando clicks y animales, mi sueño es poder algún día recrear todas las especialidades de caza, y en especial una montería a escala. Hoy por hoy ya he conseguido recrear una rehala con su furgoneta y todo, tener un buen puñado de monteros, e incluso hacer perdices usando palomas de base, ya que estas no existen en el mundo playmobil.

En cuanto a exposiciones, recientemente participe en una celebrada en Rivas Vaciamadrid, en la que monte dos urnas de un metro cuadrado cada una, en las que mostraba en la primera una representación de la caza mayor, con el desarrollo de un pequeño gancho, y en la otra urna, por un lado representé la caza menor, y en el otro una reunión de cazadores en torno a una casa de finca. Ambos dos tuvieron muy buena crítica y aceptación y la verdad eso te anima a seguir y a buscar nuevos proyectos.
En Cinegética 2017 expuse un diorama montero en el stand de Jara y Sedal.
Actualmente estoy preparando una exposición para la Casa de la Cultura de Alcalá.


TC. ¿Qué valor crees que representa la caza?

La caza es un bien muy importante para los ecosistemas, sin la ayuda y acción de éstos en muchos casos ésta ni existiría tal y como la conocemos. Me hace gracia ver como mucha gente ajena al mundillo, piensa que los jabalíes o ciervos que ven son fruto de la madre naturaleza por si sola, o como en el caso contrario los desajustes de población como los famosos cerdolís o jabalíes urbanos son culpa de los cazadores. Por ésto también puedo afirmar que la caza aporta al cazador una visión más real de lo que es el campo, de lo que es la naturaleza y lo acerca al medio. Hace crear una simbiosis entre humano y naturaleza en la que si éste no cuida de esta, muy difícilmente podrá servirse de ella, por ello también aporta responsabilidad y obligaciones, que efectuadas con pasión derivan en armonía. En definitiva, conservacionismo.
No quiero olvidarme del olor a jara o a tomillo, de las charletas de anécdotas de caza en torno a una perola de migas, o el desestrés que supone salir con la escopeta.


TC. ¿Qué futuro crees que le depara a la caza?


La caza por la ya comentada presión y desinformación social, sumado a las políticas llevadas por los diferentes gobiernos, cada día son más desafortunadas y sin olvidarme del tratamiento tan extremadamente parcial recibido por los medios, hace que ésto sea cada día más difícil y por tanto la caza está claramente con un futuro poco halagüeño, negar ésto es negar lo evidente. Ello no significa que haya que cruzarse de brazos, bajo mi opinión los cazadores debemos replantearnos las cosas, modernizarnos en algunos sentidos, y buscar fórmulas que permitan evolucionar. Hay que acabar con la mala praxis que nos rodea y que tan mala fama nos da a TODO el colectivo. Nosotros mismo debemos ser los primeros en denunciar el abandono de perros, la caza ilegal o sin ir más lejos los cercones, que más que caza parecen tiro al jabalí o al venado. A mí me han inculcado que la caza es incierta, difícil y normalmente escasa. Ir de bolso no nos gusta a nadie, pero francamente ver pasearse las pelotas de venados por las fincas de valla a valla hasta que los señores con armas acaban con los medallables, no me parece caza, y mucho menos los que la practican cazadores. Debemos de buscar modelos de conservación que estén enfocados al silvestrismo y al bien del campo, y no al resultado.