miércoles, 30 de agosto de 2017

De barrera a barrera

 Magic-Eagle
Hoy en la sección "De barrera a barrera", conoceremos a Magic-Eagle, Asociación que asiste en centros educativos a alumnos con diferentes discapacidades , empleando aves rapaces para un mayor desarrollo.

TC. ¿Qué es Magic-Eagle?

ME. La Asociación Magic-Eagle surge como un proyecto pionero en España, basado en la terapia asistida con aves rapaces en centros de educación especial. Estas terapias están diseñadas para incrementar la independencia e integración de las personas discapacitadas, así como para mejorar sus habilidades comunicativas y psicomotrices a través del contacto con las aves. Compaginamos la labor social con un fuerte compromiso con la educación, acudiendo a centros escolares con las rapaces para impartir cursos que fomenten el amor y respeto por la naturaleza. Además participamos en salones, ferias y eventos cinegéticos, defendiendo la caza y la necesidad de la misma, para la conservación de las especies. Nuestro objetivo principal es mejorar la calidad de vida de las personas enfermas y sus familias, creando un espacio lúdico y educativo donde fomentar el conocimiento sobre las aves rapaces, el amor por la naturaleza y el respeto al medio ambiente.


TC. ¿Dónde estáis? ¿Qué ofrecéis?

ME. Nuestra sede se encuentra en Sax (Alicante), pero nos desplazamos por toda España siempre que nuestros medios nos lo permitan. Ofrecemos una alternativa a los métodos clásicos de terapia, que en muchos casos resultan totalmente ineficaces. Las IAA han demostrado tener un impacto mucho mayor en personas con cualquier tipo de enfermedad neurológica que los antiguos métodos y sus beneficios son tan sorprendentes como tangibles. 



TC. ¿Cuáles son las señas de identidad de la Asociación?

ME. Trabajo, dedicación y pasión. El equipo de Magic Eagle se dedica de manera completamente altruista a trabajar día a día, para lograr mejorar la vida de los niños y sus familias. Nuestra filosofía de trabajo es simple, creemos firmemente que el único camino es entregarse en cuerpo y alma, y así lo hacemos. Lo que empezó como una afición de los ratos libres, se ha convertido en una poderosa herramienta capaz de mejorar la calidad de vida de muchas personas. 


TC. Nos llama la atención cómo preparáis las aves para las terapias. ¿Nos podríais acercar cómo es el cuidado, elección y preparación de las mismas?

ME. Es una tarea tan complicada y costosa, como bonita. Se parte de la selección de las parejas de cría entre nuestras aves, y la educación empieza prácticamente desde que salen del huevo. Con la experiencia hemos podido comprobar que por carácter, las hembras suelen funcionar mejor para la caza, y los machos generalmente son los que se usan para las terapias. Luego depende de cada ave, pero una vez se toma la decisión de destinarla a terapia comienza su formación. Estas aves precisan de un mayor contacto humano desde el primer momento, conviven dentro de las casas de los adiestradores y tienen contacto con niños desde el primer día. Una de las cosas que más suele llamar la atención, es que se acude a las puertas de los colegios o a sitios de mucho tránsito, para darles de comer. De esta manera se consigue que para el ave, el trato con niños o los ambientes ruidosos sean algo cotidiano. Conlleva mucha dedicación y mucho tiempo, pero el resultado se traduce en conseguir un pájaro mucho más dócil, que no reaccione mal en ningún momento y así evitar cualquier tipo de incidente a la hora de trabajar con los pacientes. 


TC. Trasladar el amor por la naturaleza al ámbito de la educación debe ser muy satisfactorio. ¿Nos contáis qué intervenciones realizáis en centros educativos?

ME. La verdad es que cuando sientes una pasión por la naturaleza como nosotros, poder inculcársela a los más pequeños es un privilegio. Acudimos a centros escolares con las aves, hacemos demostraciones de vuelo, les permitimos tocarlas y tener un contacto directo con ellas y se imparte un curso de formación para introducirlos en este mundo. Hemos participado también en proyectos concretos de algunos colegios, como por ejemplo, un proyecto sobre la vida en la Edad Media cuando la cetrería era un medio de vida y un deporte de la nobleza. Resulta realmente gratificante ver como se contagian de entusiasmo y te abordan a preguntas, es una dosis de energía trabajar con ellos. 


TC. ¿Qué avances provocan en los pacientes el contacto con aves?


ME. Son muchos los beneficios que hemos podido obtener en pacientes con distintos síndromes o enfermedades. Entre otras cosas hemos conseguido aumentar las capacidades comunicativas y de adaptación, la reducción de conductas e impulsos agresivos, desarrollo de la empatía hacia personas y animales, mejora de la atención y concentración, mayor tolerancia a la frustración, reducción de la ansiedad, aumento de autoconfianza y autoestima, mejora de habilidades sociales, mejor capacidad de expresar emociones, aumento de la coordinación psicomotriz (mayor fexibilidad, agilidad, fuerza muscular, aumento del rango articular, mejora de la concepción corporal), etc. Son muchos y muy significativos los avances que se consiguen con los pacientes de estas terapias con las rapaces. 


TC. Magic Eagle trabaja con pacientes afectados a nivel neurológico, social, comunicativo, psicomotriz. ¿Barruntáis aplicar esta terapia a otros niveles?

ME. Por supuesto, de hecho ya estamos trabajando en ello. Estamos desarrollando un proyecto de reinserción de personas conflictivas en sociedad, así como un programa de ayuda para niños y adolescentes que hayan sufrido acoso escolar. 


TC. ¿Qué sensaciones personales vivís en los centros educativos?

ME. Siempre nos hemos considerado unos privilegiados, porque lo que se llega a vivir entre las paredes de los centros es algo absolutamente único. La ternura, la inocencia y la pureza de esos niños son nuestro motor. Ellos no conocen la maldad y todo lo que te entregan es por que les sale directamente del corazón. Te lo dan todo sin esperar nada a cambio.


TC. ¿Habéis tenido algún tipo de problema en el empleo de la actividad cinegética para vuestro fin? 

ME. No mezclamos las terapias con la actividad cinegética, precisamente para intentar evitar los ataques. Usamos diferentes aves para caza que para terapia por motivos de seguridad y son actividades paralelas. Aunque como siempre, los mayores problemas como casi cualquier colectivo o persona que se dedique a la actividad cinegética, vienen por el sector “animalista” radical. Hemos sufrido amenazas, acoso e incluso nos hemos topado con limitaciones para salir en televisión por culpa del hostigamiento de estos grupos. Nos han llegado a acusar por maltrato animal, por emplear aves para las terapias. Es algo con lo que tenemos que lidiar, pero desde luego no va a frenarnos.